Promueve la salud de la piel: La vitamina C es esencial para la producción de colágeno, una proteína necesaria para mantener la piel firme y saludable. También puede ayudar a reducir los signos del envejecimiento, como arrugas y líneas finas.

Ayuda a la absorción de hierro: La vitamina C mejora la absorción de hierro de los alimentos de origen vegetal, lo que puede ayudar a prevenir la anemia por deficiencia de hierro.

Apoyo cardiovascular: Se ha demostrado que la vitamina C ayuda a mantener la salud del corazón y las arterias al mejorar la función endotelial y reducir los niveles de colesterol LDL ("malo") en la sangre.

Reduce el riesgo de enfermedades crónicas: El consumo adecuado de vitamina C se ha asociado con un menor riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, hipertensión, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.

Alivia el estrés oxidativo: La vitamina C puede ayudar a reducir el estrés oxidativo en el cuerpo, que es un factor contribuyente en el desarrollo de diversas enfermedades y el envejecimiento prematuro.

Promueve la salud ocular: La vitamina C puede ayudar a prevenir enfermedades oculares como las cataratas y la degeneración macular relacionada con la edad al combatir el daño oxidativo en los ojos.

Acelera la recuperación muscular: La vitamina C puede ayudar a reducir el dolor muscular después del ejercicio intenso y acelerar la recuperación muscular al reducir el daño oxidativo y promover la síntesis de colágeno.

Ayuda a mantener la salud bucal: La vitamina C es importante para la salud de las encías y los dientes, ya que promueve la cicatrización de heridas y ayuda a prevenir la enfermedad periodontal.